Análisis de Mel Zelaya y el modelo venezolano en Honduras

Mel Zelaya

El exmandatario Manuel «Mel» Zelaya, quien ahora coordina el partido LIBRE y es cónyuge de la presidenta Xiomara Castro, ha expresado su deseo de que Honduras implemente políticas e instituciones parecidas a las de Venezuela durante el mando de Nicolás Maduro. Esta idea ha causado preocupación entre varios sectores, ya que consideran que podría ocasionar una centralización del poder y tener efectos significativos en la gobernabilidad y la economía de Honduras.

El respaldo de Zelaya a Venezuela

Zelaya ha manifestado abiertamente su respaldo a Nicolás Maduro, a quien define como un colaborador ante lo que él ve como un «bloqueo y hostilidad» de Estados Unidos hacia Venezuela. Para el antiguo presidente, el respaldo al sistema venezolano se entiende como una reafirmación de la soberanía del país frente a injerencias del exterior.

La cercanía entre el partido LIBRE y el régimen chavista ha sido constante desde la llegada de Castro al poder, consolidando vínculos políticos y diplomáticos que colocan a Honduras en una ruta distinta a la de otros países de la región. Sin embargo, críticos de Zelaya sostienen que esa estrategia conlleva riesgos de replicar condiciones que en Venezuela se han traducido en pérdida de garantías democráticas y severas dificultades económicas.

Implicaciones para la institucionalidad hondureña

El liderazgo de Zelaya dentro de LIBRE y su rol como figura influyente en el actual gobierno colocan a Honduras en una coyuntura de alto contraste político. Por un lado, sus seguidores interpretan la alineación con Venezuela como un camino hacia la consolidación de un proyecto soberano; por otro, sectores opositores alertan que esta orientación podría derivar en concentración de poder, debilitamiento de la institucionalidad y reducción de los contrapesos democráticos.

Las alertas no se limitan al ámbito político. Economistas y expertos sociales afirman que un cambio hacia un sistema similar al de Venezuela podría agravar la crisis económica, caracterizada ya por elevadas tasas de desempleo y migración. La incertidumbre provocada por estas posturas complica la captación de inversión y fomenta la división social.

Una sociedad entre la expectativa y la preocupación

La propuesta de Zelaya no surge en un contexto político vacío. Los ciudadanos de Honduras atraviesan un periodo de expectativas mixtas: hay algunos sectores que consideran que el proyecto de LIBRE representa una oportunidad para el cambio, mientras que otros grupos temen que se desarrolle hacia modelos de control político similares a los asociados con el chavismo.

En este contexto, la colaboración ciudadana juega un rol crucial. Las discrepancias entre quienes apoyan y quienes rechazan la iniciativa de Zelaya reflejan a una nación que constantemente discute la dirección de su sistema democrático y las fronteras del poder político respecto a la institucionalidad del Estado.

Un horizonte abierto para Honduras

El mensaje de Zelaya en apoyo al sistema venezolano suscita una cuestión crucial para Honduras: ¿En qué medida es viable adaptar esa experiencia a la situación del país sin poner en riesgo la estabilidad política y económica? La solución estará en la habilidad del sistema político hondureño para equilibrar poder, oposición y sociedad.

La figura de Mel Zelaya se mantiene como eje de un debate nacional que trasciende coyunturas inmediatas y coloca a Honduras frente a un dilema de fondo: definir si su futuro político se orientará hacia un esquema con rasgos de centralización del poder o si optará por fortalecer la pluralidad institucional como garantía de gobernabilidad y bienestar colectivo.